Caminar por Barcelona implica descubrir callejuelas, plazas y otros rincones que, en un principio, no esperábamos. Son precisamente estas pequeñas sorpresas las que hacen que el paseo sea más especial si cabe. En esta ocasión, le hablamos de uno de los tesoros mejor conservados de la ciudad condal: la Plaza Real. Alojándose en nuestro hotel boutique en el centro de Barcelona, la tendrá a un breve paseo.

La Plaza Real es una plaza porticada construida en el año 1848 de la mano del arquitecto Daniel Molina. Por su localización, en La Rambla y a un paso del Barrio Gótico, es uno de los lugares más transitados de la ciudad. Su dinamismo parece no agotarse nunca, pues si por algo es conocida es por sus terrazas y bares, siempre abarrotados de gente. He aquí 5 datos que debería conocer sí o sí de esta joya barcelonesa.

Plaza Real - Barcelona
  1. Su antecesor fue un convento de capuchinos
    Como hemos señalado apenas unas líneas más arriba, se edificó a mediados del siglo XIX en un espacio donde anteriormente se hallaba el Convento de capuchinos de La Matrona. En aquel momento, eran frecuentes las revueltas contra la Iglesia, de ahí que este edificio religioso acabase pasto de las llamas. Entonces, en el mismo solar se decidió construir esta plaza con el fin de enaltecer a la monarquía, en concreto al rey Fernando VII.
  2. Está presidida por la Fuente de las Tres Gracias
    En el centro de la plaza, encontramos la Fuente de las Tres Gracias, que representan a las diosas de la fertilidad, creatividad y el encanto. Lo cierto es que el plan inicial era instalar una estatua ecuestre de Fernando VII, pero al final no se llevó a cabo.
  3. Las farolas están diseñadas por Antoni Gaudí
    Junto a la fuente, es posible identificar un par de farolas. Estas llevan la firma del afamado arquitecto Antoni Gaudí. Instaladas en el año 1879 en la Plaza Real, llama la atención su pie de mármol de color oscuro y la columna central con dos serpientes enroscadas y un casco alado. Estos elementos son los símbolos de Mercurio, el dios del comercio.
  4. En la década de los 80, hubo una remodelación total de la plaza
    Hasta la década de los 80, los vehículos podían circular por la Plaza Real de Barcelona. A partir de entonces, se suprimió la circulación y se procedió a la plantación de palmeras, iconos indiscutibles del lugar.
  5. Los pórticos están llenos de detalles
    La Plaza Real es una de las pocas plazas cerradas existentes en la ciudad condal. Sus pórticos son su seña de identidad. Están repletos de detalles, decorados con bustos de navegantes y exploradores y con niños indios sosteniendo escudos.

Con todos estos datos en mente, la visita a la Plaza Real de Barcelona, ¡la disfrutará mucho más! Disfrutar de tu estancia en nuestro hotel para familia en el centro de Barcelona.